Un beaker o vaso de precipitados es un elemento fundamental en un laboratorio bien equipado, porque tiene diversas funciones dentro del mismo. Puede utilizarse para medir, calentar, mezclar y formar precipitados.
¿Qué es?
Es un recipiente de vidrio borosilicato transparente de boca ancha y forma cilíndrica. Cuenta con una escala en su exterior por lo que puede utilizarse para medir líquidos que no requieran de demasiada precisión. Es utilizado para calentar y mezclar sustancias y para formar precipitados.
Características del vaso de precipitados
Pueden ser de plástico o de vidrio borosilicato o pyrex. Este material empieza a reblandecerse a los 821 ºC. También cuentan con componentes de Teflón y otros materiales resistentes a la corrosión.
Tienen forma cilíndrica, un fondo plano y una boca ancha. Cuentan con varias capacidades y diversos tamaños. Van desde 1 Ml hasta litros de capacidad. Los más comunes y más utilizados son los de 50mL, 100mL, 250mL, 500mL.
Cabe destacar que son recipientes graduados, pero sin calibración, por lo que no son útiles para medir volúmenes con precisión. Esto quiere decir que, por ejemplo, un vaso de 250 mL tendrá divisiones de 50, 100, 150, 200 y 250 mL pero, son marcas aproximadas y deben tomarse solo como referencia.
Usos del beaker
Se utilizan para:
- Contener diferentes tipos de líquidos.
- Obtener precitados a partir de la reacción entre sustancias diferentes.
- Para transportar líquidos a otros recipientes.
- Contener líquidos y sustancias químicas diversas.
- Calentar, disolver o preparar reacciones químicas.
Modo de empleo del beaker
Si deseas calentar un líquido o una sustancia con un mechero bunsen, debes de utilizar una rejilla de asbesto para lograr una distribución uniforme de calor.
No sometas al beaker a cambios repentinos de temperatura porque puede fracturarse. Sujétalo con guantes si está caliente.
Al preparar reacciones y soluciones nunca lo enfoques a tu cuerpo o al de un compañero.